"Explorando el mundo a través de la pluma y la poesía"
DIGNO ESTRENO
Publicado el 29 de Septiembre de 2024
La mañana en Zaragoza se despertaba con el aroma de batalla. Un partido de baloncesto puede parecer, para el alma tranquila, una cuestión de técnica y táctica, pero cuando el Casademont Zaragoza y el Hiopos Lleida saltaron a la pista, no había más verdad que el sudor y el pulso acelerado, esa urgencia feroz por sobrevivir, por conquistar una victoria que no iba a llegar fácil.
Los de Lleida, debutantes en la Liga Endesa, llegaron con el ímpetu de quien no teme a los grandes, pero la mala fortuna comenzó a golpear temprano. Bell-Haynes, su general en la cancha, se retiraba lesionado en los primeros compases. Parecía un mal augurio. Sin embargo, Corey Walden inauguraba la cuenta del Hiopos, y un vendaval de triples de Paulí y Bozic los adelantaba con un 12-17 que obligó al Casademont a tomar un respiro.
El primer cuarto cerró con ventaja para los locales gracias a la serenidad de Sulejmanovic y la infalible muñeca de A.J. Slaughter. Pero en el segundo cuarto, los visitantes respondieron con su propia artillería desde la línea de tres, llevando el partido a un incómodo toma y daca de faltas, tiros errados y oportunidades desperdiciadas. Para el descanso, el Hiopos seguía en pie, como el boxeador que ha aguantado el asalto, con un 38-39 a su favor.
La segunda parte fue una refriega digna de crónica de guerra. Bango y Cooke intercambiaban golpes de larga distancia, pero fue Hasbrouck, con su precisión quirúrgica desde el perímetro, quien parecía inclinar la balanza para los de Lleida. A falta de cuatro minutos del tercer cuarto, los catalanes se escapaban con una ventaja de 9 puntos. Pero si algo enseñan estas batallas es que el enemigo no se rinde fácilmente.
El Casademont, herido en su orgullo, comenzó su contraataque con una mezcla de físico y astucia. Los maños igualaron a 71 con un Bropleh letal desde el triple. Cuando todo parecía decantarse por los locales, un destello de orgullo del Hiopos forzó la prórroga. 87-87. El juego seguía.
La prórroga fue una guerra de desgaste. Tiros libres aquí, pérdidas allá. El Hiopos, valiente pero extenuado, no encontró la puntería que había sostenido sus esperanzas. En cambio, el Casademont, frío y calculador, cerró la contienda con cabeza, asegurando la primera victoria de la temporada.
Al final, el MVP Bojan Dubljevic se alzó como el líder que empujó a los suyos, con 22 puntos y 6 rebotes, mientras los hombres de Lleida, derrotados pero no humillados, salieron del pabellón con la certeza de haber luchado hasta el último aliento.
Esto es baloncesto. Esto es la Liga Endesa.
JMG