"Explorando el mundo a través de la pluma y la poesía"
ROZANDO LA ÉPICA
Publicado el 6 de Octubre de 2024
Los leridanos empezaron el partido como un capitán que, sin temblar el pulso, lanza el primer cañonazo. Bozic, con un movimiento desde la pintura, inauguró el marcador (2-0, min. 1), despertando las primeras ilusiones de la afición. Pero, claro, el Barça no es un barco cualquiera, y ahí estaba Punter, quien, en un abrir y cerrar de ojos, clavó dos triples seguidos, volcando el marcador a favor de los azulgranas (2-6, min. 3).
El Lleida, empujado por su hinchada que rugía en el Barris Nord como en las viejas noches de gloria, no quiso dejar escapar la presa tan fácilmente. Bozic, combativo como un viejo lobo de mar, mantuvo a flote a su equipo durante buena parte del primer cuarto. Pero al final, el Barça, con esa frialdad propia de los que navegan estas aguas con regularidad, se llevó la ventaja por cinco puntos (12-17, min. 10).
El segundo cuarto fue un vaivén de emociones. Madsen abrió la puerta del asalto leridano con un triple que retumbó como el primer cañonazo de un abordaje. El Lleida, aprovechando el viento a favor, encadenó un parcial de 9-0 y empató el partido (21-21, min. 13). Barris Nord enloqueció, un hervidero de gritos y esperanza. Pero el Barça, como quien sabe que el temporal amaina, respondió con otro parcial idéntico, 0-9, tomando distancia de nuevo gracias a la muñeca de Justin Anderson, quien con 5 puntos desestabilizó el equilibrio (21-30, min. 17). El Lleida, incansable, aguantó hasta el filo del descanso, pero el Barça, con dos cuchilladas finales de Laprovittola y Joel Parra, se fue a los vestuarios con una ventaja de siete puntos (30-37, min. 20).
El tercer cuarto fue una batalla encarnizada. Muric abrió fuego con un triple, y el Lleida, por momentos, tomó la iniciativa. Pero la pólvora leridana se humedeció cuando más la necesitaban. Los triples, que parecían cañones defectuosos, fallaron una y otra vez, solo 3 de 24 intentos, una estadística que pesaba como un ancla. Aun así, el Barça tampoco estaba para presumir de artillería, pero mantuvo la calma y al final del cuarto apretó el acelerador, colocando una ventaja de 11 puntos, la mayor del partido hasta entonces (46-57, min. 30).
El último cuarto comenzó con la sensación de que la batalla estaba prácticamente decidida. Joel Parra, imperial, firmó 8 puntos en pocos minutos, y todo parecía sentenciado. Pero los leridanos, como aquellos viejos piratas que no conocen la palabra rendición, firmaron un parcial de 21-5 que desató la locura en el pabellón. A falta de 8 segundos, el Lleida estaba a solo dos puntos del empate (72-75).
El final fue de infarto. No hubo milagro, pero Abrines, con dos tiros libres en los últimos instantes, aseguró la victoria del Barça (74-78). Aun así, el Barris Nord, lejos de caer en la desilusión, se levantó en pie, orgulloso de los suyos, como marinos que, pese a la derrota, saben que han librado una gran batalla.
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JMG