"Explorando el mundo a través de la pluma y la poesía"
FRENO EN ANOETA
Publicado el 10 de Noviembre de 2024
Este domingo, en el corazón de Anoeta, se libró una de esas batallas que se clavan en la memoria. Un solitario gol de Becker fue suficiente para que la Real Sociedad frenara la buena racha del Barça, que se llevó de San Sebastián su segunda derrota liguera en un partido marcado por la polémica. Un 1-0 que dejó a los culés tambaleándose, cuestionando cada centímetro del fuera de juego milimétrico que anuló el gol de Lewandowski, ese que bien podría haber cambiado el destino de la noche. Pero el VAR, inflexible, decidió otra cosa, y el Barça volvió a casa con las manos vacías.
El conjunto de Flick llegaba a Anoeta con la moral en alza y la convicción de sumar una nueva victoria, incluso sin Lamine Yamal, baja de última hora por un golpe en el tobillo derecho. En su lugar, el joven Fermín ocupó la banda derecha en un tridente que completaban Raphinha y Lewandowski. Cubarsí, con una máscara tras el aparatoso corte en la cara, formó pareja en el eje defensivo junto a Íñigo Martínez, quien escuchó los silbidos de su antigua afición durante todo el encuentro.
Los ‘txuri urdin’, sin embargo, no estaban dispuestos a ser meros espectadores. Con una afición volcada desde el primer minuto, la Real salió a morder, y ya en la primera aproximación, Sucic estuvo cerca de abrir el marcador, pero Casadó apareció como un rayo para despejar el peligro. Los de Imanol jugaron con confianza, y cuando el Barça comenzó a tomar aire, llegó la jugada que encendería la mecha de la polémica. Lewandowski encontró el gol que habría puesto a los azulgranas por delante, pero la revisión del VAR —y la decisión de Cuadra Fernández— dejó a Anoeta en un suspiro contenido. Milimétrico, dudoso, pero anulado al fin. La tensión se podía cortar con un cuchillo.
La Real aprovechó la ocasión y, pasada la media hora, en una jugada en apariencia sin peligro, Sucic prolongó de cabeza y Becker, en una definición perfecta, cruzó el balón al palo largo, desatando el delirio de la grada. Y al filo del descanso, Oyarzabal tuvo el segundo en sus botas, pero perdonó lo imperdonable.
Con el marcador en contra, Flick movió el banquillo tras el descanso y sacó a Olmo para intentar darle la vuelta al partido. La entrada de Olmo despertó al Barça, y en el arranque del segundo tiempo, Becker pudo haber sellado su doblete, pero intentó superar a Iñaki Peña por alto y falló, lo que dio al Barça una segunda vida. Al instante, un cabezazo de Cubarsí tras un córner estuvo a punto de igualar la contienda, pero los azulgranas no conseguían encontrar el camino al gol.
Los minutos pasaban y el Barça, cada vez más dueño del balón, empezó a encerrar a la Real en su área. Imanol, consciente del peligro, hizo cuatro cambios para reforzar su equipo, pero el Barça no soltó el acelerador. Flick intentó quemar las naves y sacó a Ansu, Gavi y Pau Víctor en busca del empate, pero la Real resistió con uñas y dientes, logrando un triunfo que corta su racha negativa en casa contra el Barça.
Anoeta fue escenario de un duelo intenso, de esos que parecen sacados de un poema de guerra. Al final, el Barça se queda con el amargo sabor de la derrota, pero sigue líder con 33 puntos. No fue suficiente la furia culé en los últimos minutos; la Real se llevó la victoria y, con ella, el orgullo de haber doblegado al líder.
JMG