"Explorando el mundo a través de la pluma y la poesía"
RECITAL DE GOLES
Publicado el 31 de Agosto de 2024
En una tarde de sol y homenaje, el Barcelona de Hansi Flick se paseó por Montjuïc con la gracia y el desparpajo de un torero que domina la faena, dejando un reguero de goles y un Valladolid desmadejado. No fue solo una victoria; fue un ejercicio de poderío que dejó claro que, en este Barça, hay un hambre voraz por reconquistar la gloria.
Marc Bernal, homenajeado por sus compañeros, recibió su tributo en el campo con una exhibición colectiva que desbordó talento y entusiasmo por los cuatro costados. El equipo, lejos de echar en falta a cualquier fichaje soñado, se entregó al espectáculo con la seguridad de quien sabe que tiene el deber de hacerlo. Y en ese escenario, Raphinha se erigió como el gran protagonista de la tarde, firmando un hat-trick y repartiendo dos asistencias que elevaron el clamor de un Montjuïc que ya corea el nombre de Flick como si de una leyenda se tratara.
La primera señal de vida del Valladolid fue breve, un mero destello de lo que pudo ser en la banda izquierda, donde Lucas Rosa intentó frenar a Lamine Yamal con métodos más propios de otro deporte, y Moro, la única amenaza real, obligó a Ter Stegen a demostrar por qué sigue siendo un baluarte bajo los palos. Pero más allá de esos tímidos intentos, los pucelanos fueron víctimas de su propia debilidad defensiva, desbordados por la velocidad y precisión del juego blaugrana.
El Barcelona arrancó como un ciclón, con una circulación de balón que destilaba la alegría de un equipo que disfruta jugando. Doce puntos de doce posibles, un liderato incuestionable y un estadio que vibró con cada toque de balón. El equipo, con dos cambios respecto al once que venció en Mestalla, mostró una versión mejorada, con Casadó incrustado en la medular y un Dani Olmo que, junto a Pedri, dictó cátedra en el juego interior. Cubarsí, por su parte, se encargó de romper las líneas rivales con sus pases quirúrgicos, uno de los cuales abrió la lata y dejó al Valladolid sin respuesta.
Olmo, siempre en el lugar adecuado, acarició el gol en varias ocasiones, aunque la suerte le fue esquiva en los primeros compases. Pero fue Raphinha quien inauguró el festival, aprovechando un pase sublime de Cubarsí que lo dejó solo ante el portero para marcar con la calma de un veterano. Lewandowski, siempre al acecho, no quiso ser menos y anotó el segundo, mientras Koundé, cayéndose, firmó el tercero en una pugna dentro del área.
La segunda parte fue una continuación del recital, con el Barça desplegando un fútbol que rozaba la perfección. Los cambios no frenaron la fiesta, y Flick aprovechó para dar minutos a Sergi Domínguez, otro joven que se suma a la lista de los que empiezan a escribir su historia en este equipo. Raphinha, insaciable, completó su hat-trick con una definición magistral tras un pase vertical de Lamine Yamal, quien dejó destellos de su enorme calidad.
Dani Olmo, finalmente, encontró el gol que tanto había buscado, mostrando su frialdad en el área para definir con precisión. Y para cerrar la goleada, Ferran Torres, tras una falta a Lamine Yamal que levantó ampollas, puso el broche final a una tarde en la que el Barça, con seis goles, demostró que va en serio y que este equipo está llamado a grandes cosas.
Montjuïc, que ya late con alma blaugrana, fue testigo de un Barça que no solo ganó, sino que dejó claro que ha vuelto para reclamar lo que es suyo por derecho.
JMG