"Explorando el mundo a través de la pluma y la poesía"
Publicado el 12 de Marzo de 2025
El Estadi Olímpic Lluís Companys vivió una noche de Champions de las que dejan huella. El Barça, lejos de especular con el 0-1 de la ida, se lanzó al ataque y tumbó al Benfica con autoridad (3-1), asegurando su presencia en cuartos de final con un global de 4-1. La exhibición de Pedri y la pegada de Raphinha y Lamine Yamal guiaron a los azulgranas, que esperan ya a Lille o Borussia Dortmund en la siguiente ronda.
El guion estaba claro desde el primer minuto: ritmo alto, ocasiones y dos equipos con vocación ofensiva. El Barça quiso mandar y tuvo la primera en las botas de Lewandowski, pero Trubin se la negó con una gran intervención. El ucraniano no pudo hacer lo mismo en el 11’, cuando Lamine Yamal sacó un recurso de genio: recorte, centro-chut al segundo palo y Raphinha apareció para empujar el balón a la red.
No hubo tiempo para celebraciones. Un error defensivo en un córner permitió a Otamendi igualar de cabeza en el segundo palo, un golpe que no descompuso a los de Flick. Lamine Yamal se encargó de demostrarlo en el 27’ con un zapatazo desde la frontal que dibujó una parábola imposible para Trubin. Golazo y delirio en Montjuïc.
El Benfica, obligado a buscar dos goles, se volcó, pero el Barça olió sangre. Lewandowski pudo sentenciar antes del descanso, pero su remate se estrelló en Trubin. La puntilla llegó en el 42’: contra letal, conducción de Pedri y pase a Raphinha, que con un tiro ajustado firmó el 3-1.
En la reanudación, los lusos se lanzaron a por un milagro que nunca llegó. Presión alta, más presencia en área rival, pero sin inquietar de verdad a Szczęsny. Mientras, el Barça controlaba el partido sin necesidad de pisar el acelerador. Con los cambios, el ritmo decayó y los minutos fueron cayendo como losas sobre el Benfica.
El pitido final desató la euforia. El Barça regresa a unos cuartos de final de la Champions con una declaración de intenciones: está preparado para volver a competir con los mejores.
JMG