"Explorando el mundo a través de la pluma y la poesía"
PICHICHI LEWANDOWSKI
Publicado el 6 de Octubre de 2024
El Barça, tras sacudirse las sombras de Mónaco con la goleada al Young Boys, volvió a la carga en LaLiga, esta vez arrollando al Alavés en su propio feudo. Un 3-0 que sabe a vendetta y a liderazgo. El protagonista, como no, fue un Lewandowski imperial, con 36 años y la pólvora aún fresca. En poco más de media hora, ya había firmado un 'hat-trick', rompiendo defensas como quien corta mantequilla. Raphinha, su escudero brasileño, le brindó dos asistencias de lujo, tejiendo el espectáculo en la banda como un viejo maestro de samba.
El equipo de Flick, sabedor de lo que estaba en juego tras el traspié en Pamplona, salió con una intensidad feroz. Advertidos por el técnico alemán, los azulgranas no se permitieron relajaciones. La sorpresa del once inicial fue la entrada de Héctor Fort, debutante esta temporada, mientras Ferran Torres tuvo que abandonar el campo tras apenas tres minutos por una inoportuna lesión muscular. Fue entonces cuando el partido dio un vuelco. Eric García entró al rescate, Casadó y Pedri tomaron el control del medio campo, y Raphinha se convirtió en un látigo por la banda izquierda.
El primer gol cayó pronto, en el minuto 7. Un córner bien colocado por Raphinha encontró la cabeza de Lewandowski, que perforó la red de Sivera sin piedad. El Alavés, en los pocos intentos que tuvo de acercarse, chocó con un muro azulgrana. Pedri recuperó un balón vital en el centro del campo y lanzó a Raphinha en carrera hacia la línea de fondo. El brasileño centró milimétricamente para que Lewy, como un viejo zorro, colocara el pie justo en el lugar adecuado para firmar el 0-2.
Con el Alavés desbordado, solo la madera y Sivera evitaron que el marcador subiera antes de tiempo. Pero cuando el Barça se pone a morder, no suelta. El tercer tanto llegó tras una jugada tejida por Eric y rematada por Lewandowski, que a pesar de un mal control inicial, giró sobre sí mismo para colocar el balón lejos del alcance del meta rival.
El Alavés intentó agarrarse al partido con un gol de Toni Martínez al borde del descanso, pero el VAR les negó el suspiro: fuera de juego de Tenaglia. En la segunda parte, el Barça levantó el pie del acelerador. Flick aprovechó para dosificar energías y dar minutos a los que menos juegan. Ansu Fati, que entró por Lamine en el 67, rozó el gol con un remate que la madera escupió sin misericordia. Frenkie de Jong también tuvo minutos, tras su reaparición en Champions, consolidando su regreso a la rutina azulgrana.
Todo fue redondo para los culés, salvo por algunos despistes de Iñaki Peña, que a falta de trabajo serio, mostró dudas en momentos puntuales, provocando alguna bronca con sus compañeros. Pero en el cómputo general, el Barça sale líder en solitario al parón de selecciones, con tres puntos sobre el eterno rival, el Real Madrid, y la moral por las nubes.
La batalla continúa, y este Barça de Flick no piensa dejar de golpear. Con el pitido final en Mendizorroza, el Barça de Flick ha demostrado que sabe aprender de sus tropiezos y ajustarse la coraza cuando es necesario. Tres goles de un Lewandowski insaciable, un Raphinha en modo maestro y un equipo que sigue aceitando sus engranajes, se llevan una victoria que no solo reconforta, sino que coloca a los azulgranas como líderes indiscutibles antes del parón. Con el Real Madrid a la zaga, la guerra por el título apenas comienza, pero una cosa está clara: este Barça no da tregua, y con Lewandowski al mando, todos los caminos llevan a la gloria.
JMG