"Explorando el mundo a través de la pluma y la poesía"
Publicado el 26 de Enero de 2025
El Barcelona recupera su mejor versión con una goleada de escándalo (7-1) ante el Valencia en Montjuïc. Tras tres derrotas consecutivas en casa, los azulgranas salieron con la sexta marcha puesta y arrollaron a un rival que nunca encontró su sitio.
Desde el primer minuto, los de Flick impusieron un ritmo frenético, sin concesiones, como si de una máquina perfectamente engrasada se tratase. En apenas veinticuatro minutos, el marcador ya reflejaba un contundente 4-0 que sentenciaba el choque. Frenkie de Jong abrió la lata con un remate oportunista tras centro de Lamine Yamal, seguido de un gol de Ferran Torres, que no celebró por su pasado valencianista. Fermín apareció con fuerza para sellar su doblete, primero tras un pase exquisito de Cubarsí y luego aprovechando un rechace al palo de Raphinha.
El Valencia, noqueado desde el inicio, apenas pudo reaccionar y cuando lo hizo, el VAR le arrebató la oportunidad de meterse en el partido. Un penalti sobre Hugo Duro fue anulado por falta previa de Gaià sobre Koundé. La polémica arbitral marcó varios momentos del encuentro, con tres decisiones clave que favorecieron al Barcelona: una falta no señalada de Casadó sobre Almeida, un fuera de juego ajustado en el gol de Fermín y la mencionada acción del penalti.
Con el partido resuelto, la segunda parte sirvió para que los azulgranas desplegaran su fútbol sin presión. Hugo Duro logró el tanto del honor para los valencianistas, pero el Barcelona no levantó el pie del acelerador. Lewandowski se unió a la fiesta con el sexto gol tras una asistencia de Fermín, y Ferran provocó el séptimo, que acabó en autogol de Tárrega.
La alineación de Flick, cargada de rotaciones, dejó buenas sensaciones. Szczesny volvió a la titularidad y dejó dudas con una salida temeraria sobre Hugo Duro, corregida por el VAR. Sin embargo, en el resto del campo, la historia fue diferente. La presión alta funcionó a la perfección, Balde ofreció profundidad por la banda izquierda, y la medular comandada por Frenkie de Jong exhibió solvencia y dinamismo. Fermín brilló con luz propia, haciéndose notar en cada jugada y demostrando que la ausencia de Pedri no pesó.
Montjuïc volvió a disfrutar de una gran noche de fútbol, aunque el margen de error en LaLiga sigue siendo nulo. El Barcelona mostró su cara más ambiciosa, dejando claro que la pelea por el título sigue viva. Con un título ya en el bolsillo, los culés aspiran a más y este 7-1 es una declaración de intenciones.
El próximo reto será ante Atalanta en la Champions, donde el equipo buscará mantener esta inercia positiva y seguir demostrando que el rodillo azulgrana no era un espejismo.
JMG