"Explorando el mundo a través de la pluma y la poesía"
DOMINIO DE DUCATI, REBELIÓN DE MARQUEZ
Publicado el 19 de Agosto de 2024
En el circuito de Spielberg, rodeado de montañas y ante casi 70.000 espectadores, el Mundial de MotoGP siguió siendo territorio Ducati. Tres ‘Desmosedici’ oficiales, de pura sangre, coparon nuevamente el podio: Pecco Bagnaia, Jorge Martín y Enea Bastianini. Tres lobos en territorio alpino, peleando entre sí, pero sin soltar la presa. Y así, con esta octava victoria consecutiva de Ducati, Bagnaia se despegó ligeramente en la clasificación. Apenas cinco puntos de diferencia sobre Martín. Minucia en una guerra que aún tiene muchas batallas por delante.
El guion de la carrera fue tan claro como previsible. Desde el inicio, Bagnaia y Martín se escaparon como dos forajidos que no miran atrás. Las 28 vueltas se convirtieron en una persecución incesante en la que Martín intentaba pero no lograba acortar distancia. La frustración del madrileño era palpable al final: “Pensé que podría pelear con Pecco hasta el final, pero la temperatura de mis neumáticos no me permitió arriesgar”. La carrera, sin margen para errores, exigía precisión quirúrgica. Bagnaia lo sabía y gestionó el ritmo con la maestría de un viejo pistolero que conoce cada centímetro del terreno. Con esta victoria, Pecco suma ya tres dobletes esta temporada, dominando tanto el ‘sprint’ del sábado como el GP del domingo en Mugello, Assen y, ahora, Spielberg.
Pero si el podio fue cosa de Ducati, el show, la chispa que encendió al público, tuvo un nombre propio: Marc Márquez. El piloto de Cervera, montado en una Ducati del pasado año, demostró que aún tiene pólvora en las manos. Arrancó desde la primera fila, pero un problema técnico en la salida lo relegó al fondo del pelotón. Desde ahí, inició su particular vendetta: adelantamiento tras adelantamiento, frenada tras frenada. Se llevó por delante a todos los que se cruzaron en su camino, desde Oliveira hasta Binder, pasando incluso por su hermano Álex. Márquez es un tipo que, aunque no pueda ganar, entiende que su deber es brindar espectáculo. Porque, al final del día, si no puedes subirte al podio, al menos que hablen de ti. Y vaya si lo hizo. Con su cuarto puesto, fue el mejor de las Ducati de 2023, peleando con máquinas que ya están pensadas para 2024.
El Mundial sigue siendo cosa de Ducati, y lo que es más, sigue siendo cosa de dos. Bagnaia y Martín, uno con el aplomo del campeón y el otro con la rabia del aspirante. Mientras tanto, Márquez, a su manera, sigue siendo el protagonista de ‘la otra carrera’, esa que se corre al margen de los números y de las posiciones oficiales. Y así, en medio de este duelo, queda claro que en Spielberg se libró una batalla con más de un ganador, pero con un solo amo. El que cruza primero la línea.
JMG