"Explorando el mundo a través de la pluma y la poesía"
MARTÍN, UN PASO MÁS HACIA EL TÍTULO
Publicado el 29 de Septiembre de 2024
La gira asiática arrancó en Mandalika, Indonesia, donde el calor abrazaba a los 116.127 espectadores que presenciaron un auténtico duelo en el asfalto, bajo la atenta mirada del presidente Joko Widodo. Allí, en ese infierno tropical, Jorge Martín, el ‘Martinator’ de Ducati, se erigió como un martillo implacable, golpeando vuelta tras vuelta hasta someter a todos sus rivales. Pedro Acosta, con su KTM, fue el único capaz de seguirle el ritmo, aguantando como una sombra pertinaz, pero al final, Martín fue imparable. El ejército de Ducati volvió a mostrar su poderío, copando los primeros puestos, con la única excepción del joven Acosta.
Este Gran Premio fue pura incertidumbre, como lo es toda la gira asiática. La carrera comenzó con la promesa de ser un espectáculo de resistencia y velocidad, pero también trajo su cuota de tragedia. Marc Márquez, el veterano guerrero, vio cómo su motor estallaba a mitad de carrera, dejándolo fuera de combate en un instante en que buscaba su vuelta rápida. Enea Bastianini, con su estilo explosivo, se estrelló cuando estaba protagonizando una remontada que prometía. Y Pecco Bagnaia, con más suerte que otra cosa, logró salvar los muebles y alcanzar el tercer escalón del podio, pero lejos del dominio que su Ducati acostumbra a imponer.
Martín, sin embargo, no dejó lugar para la duda. “Tenía que ganar”, declaró tras cruzar la meta. “Fallé el año pasado aquí, y el sábado me caí solo. Hoy no había margen de error”. Y así fue. Con una salida impecable, tomó el control de la carrera y, aunque Acosta hizo lo posible por incomodarlo, nunca perdió el pulso. Martín, en Mandalika, exorcizó sus propios fantasmas. “Cada vez que pasaba por la curva 16, recordaba la caída del sábado. Pero he sido fuerte”, explicó, con esa mezcla de orgullo y alivio que solo los vencedores conocen.
El circuito fue implacable con muchos. Nueve pilotos no lograron acabar, mientras que solo 12 cruzaron la línea de meta. Entre ellos, Ducati demostró una vez más por qué domina este Mundial, colocando cuatro ‘Desmosedici’ entre los cinco primeros. Solo el tiburón de Mazarrón, Acosta, fue capaz de romper esa hegemonía con su KTM, aunque incluso su segundo puesto quedó bajo investigación por una posible presión irregular en uno de sus neumáticos.
Para Marc Márquez, el destino fue cruel. "El motor se rompió cuando mejor iba, cuando buscaba mi vuelta rápida", explicó, resignado. "Son cosas que pasan". Pero más allá de la rotura, lo que queda claro es que su lucha por el título se ha evaporado. Con Bastianini también fuera de juego, tanto él como el italiano quedan ya a más de 75 puntos del líder, una distancia casi insalvable en la recta final del campeonato.
Ahora, el duelo que queda es claro: Martín contra Bagnaia. El campeonato sigue vivo, la batalla apenas ha comenzado. La gira asiática continuará, y con ella, la certeza de que cualquier cosa puede pasar en este infierno de incertidumbre y gloria.
JMG