MÁRQUEZ CONVIERTE BALATON EN TERRITORIO PROPIO
Publicado el 24 de Agosto de 2025
Hay pilotos que llegan a un circuito nuevo con cautela, como quien pisa un suelo desconocido. Marc Márquez no entiende de eso. Ve un asfalto virgen y lo firma como si ya fuese suyo. Hungría inauguraba Balaton Park y él, sin pedir permiso, lo sumó a su lista de 23 trazados conquistados.
Su temporada es una secuencia sin pausas: 23 victorias en 28 carreras, 13 triunfos en los 14 sprints, 10 grandes premios ganados… y ya van siete fines de semana seguidos arrasando, sábado y domingo. No es que gane: impone su ley.
La carrera comenzó torcida, con un toque con Marco Bezzecchi que pudo acabar mal. No para él. Mientras otros se ponen nerviosos, Márquez se toma dos curvas para pensar y diez vueltas para decidir. Pasó a Franco Morbidelli sin sudar y aguardó a que el neumático blando de Bezzecchi dijera basta. Cuando eso ocurrió, atacó. No una vez: tres. La tercera fue definitiva. Y se fue. Dos segundos de margen, un mundo.
Detrás, Pedro Acosta firmaba el mejor resultado de su año (2º), Bezzecchi sumaba otro podio (3º), Jorge Martín cruzaba cuarto entre lágrimas, reencontrando sensaciones, y Luca Marini llevaba la Honda hasta la quinta plaza, confirmando que la fábrica japonesa empieza a enderezar el rumbo.
“Me costó pasar a Franco. Con Marco preferí esperar, porque sabía que el blando no aguanta. Cuando lo intenté, ya no podía responderme. Desde ahí… fluí y me escapé”, resumió Márquez al terminar, todavía con esa sonrisa que mezcla calma y hambre.
La clasificación del Mundial habla sola: 175 puntos de ventaja sobre Àlex, que apenas rascó un 14º puesto. En dos semanas llega Montmeló: si Marc le arranca otros diez puntos al pequeño, podría aterrizar en Misano con su primera bola de partido: 185 puntos de renta, a falta de siete carreras. “Barcelona es complicada para mí, la tengo marcada en rojo. Quizá toque pensar en el podio”, avisa el mayor de los Márquez, aunque nadie le cree demasiado.
La fábrica de Borgo Panigale sabía por qué eligió a Márquez antes que a cualquier otro. Mientras él convierte la Desmosedici en un misil quirúrgico, la segunda Ducati —la de Morbidelli— acaba sexta, lejos del podio y por detrás de KTM, Aprilia y Honda. Sin Marc, Ducati estaría sudando. Con él, manda.
Balaton Park es el circuito nº 75 de la historia del Mundial. Ya está marcado con el sello MM93. Solo quedan Mandalika (5 de octubre) y Portimão (9 de noviembre) para completar el álbum. Y el noveno título está en camino, aunque él prefiera no hablar de eso. Márquez dio otra clase magistral. Estas carreras ya no son batallas abiertas: son monólogos con final escrito.
JMGH