SPIELBERG YA NO ES MALDITO
Publicado el 18 de Agosto de 2025
Ya no quedan circuitos malditos para Marc Márquez Alentà.
Spielberg —ese trazado que tantas veces se le negó, como Mandalika en Indonesia o Portimão en Portugal— se rindió por fin al piloto de Cervera. Hoy, en Austria, Ducati y Márquez cerraron otra página imposible: el triunfo número 22 en un circuito distinto, el sexto doblete consecutivo y la confirmación, por si alguien dudaba, de que estamos ante el mejor Marc de todos los tiempos.
Lo dicen los números, aunque a Marc no le gusten.
Lleva 21 victorias en 26 carreras, nueve plenos de 37 puntos —Aragón, Italia, Países Bajos, Alemania, República Checa, Austria… más Tailandia, Argentina y Catar—, y 142 puntos de ventaja sobre su hermano Àlex, casi cuatro grandes premios de colchón. Hoy, además, ganó el GP nº 1.000 de la historia de la categoría reina. ¿Casualidad? Ninguna. Tenía que ser él.
En el paddock, nadie discute que Márquez y Ducati forman ahora un matrimonio blindado. Ni Àlex, ni Bagnaia, ni el escuadrón Aprilia, ni los KTM pueden con él. Massimo Rivola, jefe de Aprilia, insiste en que Bezzecchi lo intentará en Balatón, la semana que viene. Quizá. Pero hoy, en Austria, no hubo opción.
Marc salió como un proyectil. Bagnaia empujaba, Bezzecchi se defendía, y durante unas vueltas pareció que habría pelea. Solo pareció. “No quería salir tan rápido”, admitió después, “pero cuando vi que no podía despegarme, preferí marcar ritmo, esperar que se gastasen las gomas… y cuando se gastan, yo soy más rápido que los demás”. Así pasó: primero Bezzecchi, después la sorpresa Fermín Aldeguer, segundo en su año de debut tras una remontada espectacular desde la octava plaza.
“Las cuentas solo se hacen al final del campeonato… o cuando ya eres campeón matemático”, repite Marc. Pero este fin de semana confesó que sí había un objetivo personal: ganar por fin en Spielberg. “Siempre me ganaba aquí una moto roja… y este año la moto roja era la mía”, sonrió.
Con seis victorias seguidas, nueve dobletes en trece grandes premios y un dominio que ni en 2014 ni en 2019 —sus años dorados— había mostrado, Márquez empieza a escribir la cuenta atrás: nueve citas (Hungría, Barcelona, Misano, Japón, Indonesia, Australia, Malasia, Portugal y Valencia) para alcanzar su noveno título mundial y cazar al ‘Doctor’.
Ante 49.901 aficionados, como el sábado en el sprint, Márquez y Aldeguer dedicaron sus podios a Borja Gómez y Pau Alsina, los dos jóvenes pilotos que el motociclismo ha perdido en las últimas semanas. Todo el paddock corrió pensando en ellos, y cada podio tuvo un recuerdo silencioso.
Marc, mientras tanto, se prepara para el día que no gane. “Me estoy automentalizando para ese momento, porque llegará”, dijo ante Izaskun Ruiz, en DAZN. “Y espero estar listo para reconocer la superioridad de quien me gane y seguir sumando puntos hasta alcanzar el objetivo: el título mundial de MotoGP”.
Hoy, ese día sigue lejos. Hoy, Spielberg ya no es maldito. Hoy, Marc Márquez sigue siendo Marc Márquez. Y los demás, otra vez, solo pudieron mirar su espalda.
JMGH