En la penumbra tardía del universo,
un murmullo ancestral de voz callada.
Susurra el viento, con su canto inmerso,
las memorias de un alma desterrada.

La luna, vigía de noches eternas,
bordea la silueta de los sueños,
donde el amor, en palabras internas,
se alza, inmortal, sin dioses pequeños.

Un río errante canta en su corriente,
espejo vivo de todo horizonte,
y en cada gota, un verso omnipresente
se graba al cruzar bajo el gran monte.

¿Quién teme al olvido, cruel dictador,
si la palabra es un eco que abraza?
El poeta, siembra con fervor
raíces de luz en la fría raza.

Cierra el abismo su boca voraz,

mas el poema, eterno, siempre queda.

La tinta es sangre, la palabra es paz,

y el alma en sus versos nunca se enreda.

José Manuel Gómez Hernández 

Finalista VI Concurso de poesía Ediciones Aliar

Ediciones Aliar de Peligros (Granada)

Febrero 2025