En Torrefarrera, el enigma del nombre persiste,

dos historias, dos relatos, su origen resisten,

una torre fortaleza, en el pasado asiste,

o donaciones y repobladores, juntos subsisten.

En 1177, la torre se alza con misterio,

¿Ferrer, repoblador, el suelo encomendero?

O Ferrera, hija de noble linaje sincero,

el legado de Torrefarrera, en su espejismo certero.

Dos versiones se entrelazan, como hilos de un telar,

una torre abandonada, por sarracenos alzar,

Ferrer y Pere Ferrer, su historia acunar,

en Torrefarrera para, su esencia perdurar.

Otras voces hablan de donaciones y esfuerzo,

obispo Guillem Pere, con su noble concierto,

repobladores agraciados, en un tiempo incierto,

en 1180, Torrefarrera se cubrió de cielo abierto.

Desde los días de la conquista, el Temple tomó su reinado,

torres, tierras, en su custodia anclaron el pasado,

Gardeny, cámara de legados bien amparados,

hasta que en 1312, el destino los ha separado.

A los hospitalarios, el legado heredó,

siglos de historia, en sus manos floreció,

Torrefarrera, con su esplendor, sobresalió,

hasta el fin de las señorías, donde el tiempo se diluyó.

Octubre 2023